Moin!
Me llamo Gandhi Hernández y tengo 35 años . Desde el 2007 comencé a aprender alemán y hasta el día de hoy no he dejado de hacerlo. En aquel año comencé, por casualidad del destino, la licenciatura en Lengua y Literaturas Modernas (Alemanas) en la UNAM.
En un inicio me interesé por el idioma, simplemente por la historia de Alemania , y creo que casi todos hemos llegado así, al menos eso creo. No obstante, conforme pasaba el tiempo y leía algunas novelas de Goethe o los cuentos de E.T.A. Hoffmann en su idioma original, se apoderaba de mí la frustración, ya que sentía que no era lo suficientemente bueno en el idioma. Viví con ese sentimiento al menos tres años porque no me atrevía a salir de la zona de confort, la tan famosa gramática.
Y no desapareció hasta que comencé a hablar en alemán con personas nativas que vivían aquí en México. En esa época estudiaba cuatro horas al día el idioma: dos en la Facultad de Filosofía y Letras y otras dos en el antiguo CELE, y con ese ritmo, sentía que no avanzaba como yo quería. Una década de estudio no me ayudaría a evitar esa ansiedad, que reaparecería cuando viajé la primera vez a Berlín (pero de eso te contaré en otro momento).
En el 2011 comencé a dar mis primeras clases de alemán , y recuerdo que las preparaba con actividades para promover la habilidad oral, pues quería que mis estudiantes perdieran el miedo al hablar, tal como me había sucedido a mí. De manera que decidí especializarme en didáctica de la lengua, confiando en que eso me ayudaría a enseñar los contenidos de una manera más sencilla y útil. Pero para conseguirlo, había que ser autocrítico como docente y reconocer mis fortalezas y debilidades.
Todo eso me llevó tomar la decisión de hacer la maestría en Pedagogía en el 2018. Ya allí, decidí realizar un estudio comparativo entre la formación docente de los profesores de alemán entre México y Alemania. Dicha experiencia me permitió conocer que el obstáculo más grande al que se enfrentan mis colegas, es que la motivación de los estudiantes comienza a desaparecer, y por ende, abandonan el curso de lengua al poco tiempo.
Esto puede deberse a muchas razones, quizá sea la dificultad del idioma, pues hay que dedicarle más tiempo de lo que uno pensaba, entre memorizar los tres géneros gramaticales o comprender realmente para qué sirven las declinaciones, y esto puede ser muy agotador.
Pero sabiendo esto, me gustaría decirte que si en algún momento te sientes perdido o frustrado aprendiendo alemán , regresa a los objetivos y sueños que te hicieron comenzar este arduo camino. Algo interesante te estará esperando en un futuro no muy lejano, quizá te tomen diez años para vivirlo
Es por ello, que te recomiendo que procures ver todos los días algún video en YouTube o escuches algún podcast que te mantenga con la esperanza de estar algún día en Alemania y sentir que valió la pena todo tu esfuerzo.
Recuerda que el alemán es el medio y no el fin, pues te llevará a sitios y personas que creíste nunca conocer. Te deseo lo mejor en este camino.
Viel Erfolg!
Dein Gandhi
